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viernes, 17 de octubre de 2014
Semana Escolar con Miguel Hernández
Del 24 al 30 de octubre
La Semana Escolar con Miguel Hernández es una iniciativa de la Diputación de Jaén para divulgar la vida y la obra de este poeta entre los escolares jiennenses, haciéndoles comprender su relevancia dentro de las letras españolas y su importancia para la provincia de Jaén.
EL POTRO OSCURO
(Cuento para dormir a los niños)
El Potro
Oscuro es un cuento que Miguel Hernández escribió para su hijo Manolillo mientras estaba en la cárcel. El Potro Oscuro fue escrito
en papel higiénico e ilustrado por Eusebio Oca, un compañero de
prisión.
Animado por Fausto Galindo
Una vez
había un potro oscuro. Su nombre era Potro-Oscuro. Siempre se
llevaba a los niños y las niñas a la Gran Ciudad del Sueño. Se
les llevaba todas las noches. Todos los niños y las niñas querían
montar sobre el Potro-Oscuro. Una noche encontró a un niño. El
niño dijo: - Llévame, caballo pequeño, a la
Gran-Ciudad-del-Sueño. - ¡Monta! -dijo el Potro-Oscuro. Montó
el niño, y fueron galopando, galopando, galopando. Pronto
encontraron en el camino a una niña. La niña dijo: - Llévame,
caballo pequeño, a la Gran-Ciudad-del-Sueño. - Monta a mi lado.
-dijo el niño. Montó la niña, y fueron galopando, galopando,
galopando. Pronto encontraron en el camino un perro blanco. El
perro blanco dijo: - ¡Guado, guado, guaguado! a la
Gran-Ciudad-del-Sueño quiero ir montado. - ¡Monta! -dijeron los
niños. Montó el perro blanco, y fueron galopando, galopando,
galopando. Pronto encontraron en el camino una gatita negra. La
gatita negra dijo:
- ¡Miaumido, miaumido,
miaumido! a la gran-Ciudad-del-Sueño quiero ir, que ya ha
oscurecido. - ¡Monta! -dijeron los niños y el perro
blanco. Montó la gatita negra, y fueron galopando, galopando,
galopando. Pronto encontraron en el camino una ardilla gris. La
ardilla gris dijo: - Llévenme ustedes, por favor, a la
Gran-Ciudad-del-Sueño, donde no hay pena ni dolor. - ¡Monta!
-dijeron los niños, el perro blanco y la gatita negra. Montó la
ardilla gris, y fueron galopando, galopando, galopando. Galopando
y galopando, hicieron leguas y leguas de camino. Todos eran muy
felices. Todos cantaban, y cantaban, y cantaban. El niño dijo: -
¡Deprisa, deprisa!, Potro-Oscuro, ve más deprisa. Pero el
Potro-Oscuro no podía ir deprisa. El Potro-Oscuro iba despacio,
despacio, despacio. Había llegado a la Gran-Ciudad-del-Sueño.
Los niños, el perro blanco, la gatita negra y la ardilla gris
estaban dormidos. Todos estaban dormidos al llegar el
Potro-Oscuro a la Gran-Ciudad-del-Sueño.