·
Lee junto a tu hijo, en cualquier
situación y por cualquier motivo. Lee los paquetes de cereales en el desayuno o la cartelera de
los cines el fin de semana. Léele las instrucciones para montar su castillo de
juguete o busca con él información en Internet para saber más sobre su animal
preferido. Por supuesto, cuéntale cuentos, léele poesía, adivinanzas,
trabalenguas...
· Convierte la tele en una aliada, no en un
enemigo. Si la pequeña pantalla es lo que realmente le
engancha, hay que fijarse en sus programas preferidos y tratar de buscar libros
relacionados con su pasión. Tenemos ya garantizado un mínimo de interés.
·
Visita la biblioteca pública del barrio con asiduidad. Los fondos de la sección infantil y juvenil de las
bibliotecas públicas ofrecen muchos más libros de los que se puedan tener en
casa. Suelen celebrarse además actividades de animación a la lectura y
encuentros con otros lectores.
·
Invítale a "merendar" libros. En lugar de golosinas o chocolate, invítale de tanto en tanto
a elegir un libro de la librería. Hay libros de todos los presupuestos y una
merienda literaria no tiene por qué ser cara.
· No te empeñes en que le guste lo mismo que a
ti a su edad. Si en
estos momentos disfruta con Mortadelo y
Filemón, ¿qué problema hay? Se está forjando su gusto por
la lectura, no el tuyo. Aprende a esperar para dar los libros adecuados en el
momento oportuno.
·
Preséntale la lectura como un premio: "Si acabas pronto tus deberes, podrás sentarte en el
sofá a leer. Yo también intentaré acabar pronto para leer contigo. ¿Qué te
parece?".
· Convierte la lectura en un hábito. No es necesario dedicarle mucho tiempo, pero sí ser
sistemático. Si tu hijo es pequeño, reserva diez minutos del día para leerle. A
este intervalo de tiempo, puedes llamarlo "La hora de jugar a leer".
Estar junto a ti, siendo el centro de tu atención y con un buen libro, para tu
hijo puede ser el mejor momento del día.
· Suscríbelo a una revista especializada para
niños. Nunca falla: recibir una revista a su nombre,
como papá o mamá, con contenido especialmente seleccionado para sus intereses
es un "gancho" seguro.
· Crea misterio alrededor de los libros. Para un niño de primaria, no es lo mismo leer un libro de
intriga sentado en el sofá que leerlo en ese mismo sofá pero a oscuras, con una
linterna, debajo de una sábana, para que no os descubran los malos.
Contenido elaborado por Solohijos.com
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